Hablar de la estupidez es como hablar de la muerte: nadie la queremos de nuestro lado y lamentamos siempre, con cierto alivio, que esté allá, con los otros. Pero temo que todos somos un poco estúpidos como dice Robert Musil en su deslumbrante ensayo sobre el tema. Muestra de ello es nuestro culto hiperbólico al Yo del que hoy tenemos estadísticas puntuales gracias a la data digital que cuantifica la principal estupidez que nos aqueja: la polarización. Ahora me explico.
Es escritora, autora de los libros Cuentos de maldad (y uno que otro maldito) y El niño que fuimos bajo el sello de Alfaguara; Las noches habitadas (Editorial Planeta) y Damas de caza (Editorial Plaza y Valdés). Ha colaborado en El Cultural de La Razón, The Washington Post, SinEmbargoMx, El Malpensante, Confabulario de El Universal, Revista GQ, Revista SOHO y otros medios. Desarrolla guiones para cine, teleseries y audioseries.