Cómplices de sangre
Eduardo Caccia EN REFORMA
Hace unas semanas, Sara Sefchovich, a quien tengo en alta admiración, escribió una columna dolorosa ("¡Nos equivocamos, Presidente!", 7 de junio de 2020, El Universal), muy relacionada con el tema central que expresé el domingo pasado en este espacio editorial: el ser humano delinque hasta donde pueda justificar una buena autoimagen.
Nací arqueólogo sin saberlo. Una cueva remota y oscura confirmó mi vocación: lo mío sería desenterrar significados. Veo cosas y escribo y escarbo. Leo para darme cuenta lo poco que sé de todo. Fundador de Mindcode, ayudo a innovar y entender la conducta del consumidor. Hago preguntas para encontrar respuestas y después tengo más preguntas. Lo mío es caminar en la cueva, encontrar la luz y volver adentro. Al final espero un epitafio corto: Signifiqué.