Las expectativas inflacionarias son un ingrediente importante de la política anti-inflacionaria del banco central, debido a la reducida sensibilidad que muestran las principales variables de la demanda agregada interna mexicana (el consumo e inversión privados) a los movimientos en las tasas de interés. Lamentablemente, los resultados de febrero, si bien mixtos, muestran algunos signos que no contribuyen a percibir el próximo fin del ciclo alcista de las tasas de interés.