OPINIÓN

Como niño con juguete nuevo

David Faitelson EN REFORMA

5 MIN 00 SEG

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No hay mucho frío, pero tampoco demasiado calor. Es una típica mañana otoñal en la ciudad. Veo a un lado y luego al otro. Voy a cruzar una calle que no tiene regreso. Trago saliva. Siento el cosquilleo en mi estómago. Mis manos están congeladas. Percibo las pulsaciones sobre mi carótida. Estoy frente al numero 18 de la Avenida Chapultepec, el sitio donde jamás imaginé estar. Y lo increíble es que, aún con ese nerviosismo, hay una extraña excitación que no había sentido desde hace mucho tiempo. Y aquí voy. No hay regreso.