REVISTA R
Ernesto Núñez
Cd. de México (23 noviembre 2014) .-00:00 hrs
Héctor Casique, ex policía, fue detenido en la madrugada del 16 de marzo de 2013 afuera de la discoteca Mandala de la zona hotelera de Cancún por policías municipales, para una revisión "de rutina".
Aproximadamente a las 3:30 de la madrugada, Casique fue subido a una patrulla de la Policía Municipal, junto con su amigo Maximiliano Millán, y fue la última vez que pisó la calle en libertad.
Un médico de la Policía Municipal certificó, a las 5:20 horas del sábado 16 de marzo de 2013, que Héctor Casique no tenía ninguna lesión después de ser detenido.
Policías judiciales de Quintana Roo fueron por él a las instalaciones de la Policía Municipal, lo trasladaron a la Policía Turística de la zona hotelera, y ahí lo torturaron durante 30 horas.
En los primeros minutos del domingo 17 de marzo un actuario judicial certificó que Casique tenía moretones en el brazo derecho y el ojo izquierdo totalmente cerrado.
Casique fue golpeado, asfixiado y atormentado psicológicamente para que firmara una confesión en la que se inculpara de un múltiple homicidio y de pertenecer a Los Zetas. Él se negó en todo momento.
Héctor Casique y Maximiliano Millán fueron sometidos a severos castigos y, el 17 de marzo de 2013, fueron presentados por la Procuraduría estatal como dos peligrosos delincuentes.
El director de la Policía Judicial, Arturo Olivares Mendiola y el procurador de Quintana Roo, Gaspar García, presentaron a Héctor Casique como un líder de Los Zetas apodado El Diablo.
El procurador aseguró que Casique se dedicaba a instruir a sicarios en técnicas de defensa personal y manejo de armas, y a cobrar el derecho de piso en la zona hotelera de Cancún.
Casique fue encerrado en el Cereso de Cancún, donde custodios e internos lo acosaron y lo amenazaron de muerte. Fue hasta mayo cuando se atrevió a denunciar penalmente a sus 40 torturadores.
El 26 de julio, Casique fue valorado por un médico en la cárcel de Cancún. A pesar del tiempo transcurrido, el médico certificó que el detenido había sufrido lesiones que pusieron en peligro su vida.
Casique promovió una queja ante las comisiones estatal y nacional de Derechos Humanos, y pidió se le practicara el Protocolo de Estambul, una herramienta de la ONU para investigar casos de tortura.
En noviembre de 2013 se practicó a Casique el Protocolo de Estambul, que concluyó que presentaba, 233 días después de su detención, daños físicos y psicológicos provocados por maniobras de tortura.
Por las irregularidades en el proceso judicial, la defensa de Casique ganó un juicio de amparo, y en marzo de 2014 un juez federal ordenó su liberación inmediata.
Casique fue liberado del Cereso de Chetumal el 10 de marzo de 2014, pero inmediatamente fue recapturado por policías judiciales y trasladado nuevamente al Cereso de Cancún.
Días después de su reaprehensión, la familia de Casique se enteró de que había nuevos testigos que lo inculpaban y que se le había involucrado en una nueva causa penal.
Héctor Casique sigue recluido, a la espera de una nueva resolución judicial que le permita afrontar su juicio y su rehabilitación en libertad.
En cinco años, la CNDH sólo aplicó procedimiento especial contra la tortura en 364 casos, y concluyó que había indicios de tortura sólo en 26. Desde 2006, sólo ha habido siete sentencias firmes por tortura aplicando la legislación federal en la materia.
Informe "Tortura sin control".Amnistía Internacional
La CNDH recibió 7 mil 164 quejas por tortura entre 2010 y 2013 y ninguna fue procesada legalmente hasta generar condena a quienes la cometieron. Entre 2003 y 2013 crecieron en 600 por ciento las denuncias de tortura ante la CNDH.
Informe "Tortura sin control".Amnistía Internacional