OPINIÓN

Comedia

Paloma Ramírez EN REFORMA

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Hace unos días leí, por primera vez, la obra más celebrada de Dante Alighieri y parteaguas en la literatura universal: Comedia (Ed. Acantilado, 2018). Si bien es cierto que desde hace tiempo había tenido la intención de internarme en los círculos extraterrenos creados por el florentino, esperaba, con paciencia de salamandra, encontrarme con la traducción ideal. Una que no me desalentara tras los primeros versos. Por supuesto que temía a las complicaciones propias de la obra (escrita en los albores del siglo 14), a no estar a la altura de las alegorías de Dante o a que mi bagaje cultural no fuera suficiente como para saber a qué personaje mitológico o hecho histórico hacía referencia. Pero, sobre todo, me parecían infranqueables las barreras de traducción impuestas al lector. Y es que abundan las traducciones al español que utilizan un lenguaje arcaico y enredado. Por otro lado, esperaba, quizá con la tibieza propia de los pusilánimes que merodean a las puertas del infierno, el estado de ánimo adecuado para emprender semejante periplo.