La memoria es parte fundamental del trabajo creativo en casi cualquier disciplina, y por supuesto que la cocina no es la excepción. La memoria es utilizada constantemente, por ejemplo, para poder imaginarnos sabores y preparaciones nuevas. Gracias a ella no sólo somos capaces de "visitar" el pasado; podemos "revivir" los sabores y olores que nos han marcado. Recuerdo con muchísimo cariño el aroma en la cocina cuando mi madre preparaba un entomatado de res, o el puchero tabasqueño de mi abuela, o la música que ponían los trabajadores en la panadería de mis abuelos, o la primera vez que olí una tortilla recién hecha.