OPINIÓN

Cobardía e infortunio.

LA OTRA HISTORIA DE MÉXICO / Catón EN REFORMA

MIN SEG

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Don Francisco Javier Mina dormía profundamente aquella mañana del 27 de octubre de 1817. Las duras fatigas de las jornadas anteriores y la pena de sus vencimientos lo habían postrado y estaba sumido en un sopor de agobios. Oyó disparos y gritos, galope furioso de caballos, y saltó del camastro en que yacía. Desnudo de medio cuerpo arriba, pues se había quitado la casaca para dormir, salió de la casa. Un instante solo tardó en darse cuenta de que el enemigo lo había sorprendido. A gritos llamó a su asistente, un muchacho negro de Nueva Orléans, y le pidió su caballo ensillado. Luego comenzó a llamar a los suyos, ordenándoles que se reunieran para hacer frente a los atacantes.