OPINIÓN

Cobardía

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Catón EN REFORMA

3 MIN 30 SEG

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Se amaron cuando jóvenes, pero los separó un destino adverso. Pasó el tiempo -pasar es su principal oficio, a más del de aliviar penas del alma-, y ancianos ya volvieron a encontrarse. Hicieron un pacto que algo tiene de novela o de película: se reunirían el día primero de cada año en un discreto hotel de la montaña, y pasarían una noche juntos. Harían recuerdos, beberían una copa de vino a la salud de su pasado amor, escucharían canciones del ayer -de Lara, de Curiel, de Guty-, y luego se irían a la cama a dormir. Nada más a eso: a dormir. Al día siguiente se despedirían, y volverían a encontrarse otra vez en la misma fecha del año venidero. Así lo hicieron en varias ocasiones. Este pasado primer día de enero se reunieron de nuevo. Ella tenía una arruga más; él arrastraba los pies al caminar. Hicieron lo de siempre: frente a la chimenea recordaron su juvenil amor; bebieron la acostumbrada copa; oyeron "Escarcha", "Incertidumbre" y "Un rayito de sol", y luego se pusieron sus respectivas piyamas -de franela- y se fueron a la cama. Él le dio un beso en la frente; en seguida se tomaron de la mano y se quedaron dormiditos. Al siguiente día se despidieron. Le dijo él: "Te veré el año próximo, amor mío. En la cama nos tomaremos de la mano y volveré a besar tu frente". "¡Ah! -exclamó ella con disgusto-. ¿En lo único que puedes pensar de nuestro encuentro es en el sexo?"... Muchos y muy diversos significados tiene la palabra "polla". Sirve lo mismo para nombrar a una gallina joven que aún no pone huevos que para designar en vulgar modo al pene. En México se llama "polla" a una bebida confortante que se hace con leche, huevos, canela y algún licor, generalmente brandy o ron. Sucedió que un adamado jovenzuelo le pidió con débil y atiplada voz al tabernero de aquel barrio bravo: "Me da por favor una copita de brandy, señor". "¡Con huevos, cabrón!" -lo increpó el rudo sujeto. "Ay -se asustó el mozalbete-. Bueno, entonces me da por favor una polla". Pienso que también a López Obrador le ha faltado energía para reprobar la invasión de Ucrania por Putin. Y me parece extraño que no apoye decididamente a Zelensky. También el presidente ucraniano ha sido lo que AMLO es en las mañaneras: un comediante... Lord Feebledick regresó a su finca rural después de la cacería de la zorra. Venía mohíno, pues su perro "Puke", en vez de perseguir al animal como los otros canes, se dedicó a oliscar a una perrilla corriente, lo cual fue motivo de irrisión para los cazadores. Al entrar en su alcoba milord vio algo que no dejó de perturbarlo: su esposa, lady Loosebloomers, estaba en consorcio carnal con el vecino, J. J. Highrump, Squire. Requirió lord Feebledick sus pistolas de duelo y le dijo al fornicario: "Caballero: estoy a sus órdenes". "Gracias -replicó el insolente follador-. Tráigame un whisky y una cajetilla de cigarros"... El marido se molestó bastante al ver que su señora había gastado una buena suma de dinero en comprarse media docena de brassiéres caros. "¿Para qué los quieres? -le preguntó, burlón-. Tienes muy poco qué poner en ellos". "Si a esas vamos -replicó la esposa- tú no deberías comprarte calzones"... Pimp y Nela, gigoló él, su pupila ella, establecieron una casa de lenocinio. Pimp decretó: "Tú atenderás a la clientela, y yo me encargaré de hacer el cobro". Cuando llegó el primer cliente, un hombrón de estatura gigantesca, Nela le dijo: "Vamos, guapo". "No -rechazó el tipo-. Mis preferencias se inclinan hacia mi mismo sexo". "¡Pimp! -llamó Nela a su compañero-. Creo que ahora tú atenderás a la clientela y yo me encargaré de hacer el cobro"... FIN.