Ha sido una montaña rusa de emociones y sensaciones. La Euro no deja de sorprendernos. La pelota en cada uno de sus giros confecciona historias grandiosas como si por contrato, la hubieran obligado a hacerlo. Digamos que en las letras pequeñas y en las cláusulas más alejadas de las páginas principales, vienen los apartados donde se compromete a escribir fantásticos episodios.