Es una pena que para distraer de la grave problemática de nuestro país AMLO utilice el tema del avión presidencial. Es ridículo que después de tantas soluciones fallidas a un problema que él ocasionó al tratar de vender un avión que ni siquiera está pagado, tenga la ocurrencia de que lo va a rifar. De existir la rifa, el suertudo que ganara tendría hipotecada su vida y la de su familia por los gastos de mantenimiento y la deuda millonaria adquirida.