Es uno de los contados mexicanos que han tocado el firmamento
Michelin, pero
antes de alcanzar las estrellas, Ramsés Navarro persiguió la ambición de convertirse en cirujano plástico, corrió por los campos mexiquenses de fútbol profesional, apeló a encontrar su vocación en la facultad de derecho, sumó a las estadísticas en las aulas de actuaría y pasó lista en animación digital.