Presionar a los ministros a renunciar a sus cargos en la Suprema Corte de Justicia de la Nación ofreciéndoles retiro vitalicio, no es más que un chantaje y una trampa para que abandonen aquello que defienden: que sean respetados los logros profesionales que han realizado a lo largo de su carrera y que la selección se haga de manera institucional. Lo de la propuesta de tómbola es una burla.