La típica bomba de tiempo latente en cada cambio de administración sucedió con las telecomunicaciones para el Gobierno de la Ciudad de México: está el operador histórico (Telmex), no hay tiempo para licitación, renegóciese lo que se pueda. Mediáticamente se vendió como un logro porque "hasta WiFi gratuito" habría, mientras que en el sector fue un dejá vu porque lo "gratis" realmente está incluido en el precio y la ausencia de licitación impide saber cuál habría sido la oferta de Telmex en un entorno de competencia. Así que ni fue la panacea como anunciaron, ni había tiempo para hacer una licitación.