Casualidades

Que el hijo del Presidente haya vivido en una casa en Houston y que ahí esté basada la empresa Baker Hughes es una casualidad. Que dicha casa fuera propiedad de un alto ejecutivo de esa compañía es otra casualidad. También que esto haya ocurrido casi al mismo tiempo en que Pemex le daba contratos. Que ahora se descubra que el contrato de arrendamiento no está en los registros texanos y parezca un arreglo entre particulares donde no hay prueba de que se hayan cobrado las rentas, simplemente es otro hecho casual.