En un país sacudido por el crimen, Uruapan, Michoacán, se convirtió el lunes pasado en la capital de la barbarie. No sólo fueron ejecutadas ahí nueve personas, entre ellas tres niños (de 12, 13 y 14 años), en un local de videojuegos, sino que un día antes en esa misma ciudad se descubrió una fosa clandestina con ONCE cadáveres.