Durante estos dos años desperté un sinnúmero de días pensando que todo había sido una pesadilla, que la pandemia no existía, que no era posible algo así en pleno siglo XXI, en otras ocasiones abría los ojos con el anhelo que esto se acabara. La realidad ha sido otra, el virus cambió al mundo y ahora nos toca aprender a transitar por la vida sin el miedo a morir por el virus, sabiendo que existe y que lo que sigue es coexistir con él.