La iniciativa de reforma al sistema de pensiones, que forma parte del paquete de reformas que envió el 5 de febrero el presidente Andrés Manuel López Obrador al Congreso de la Unión, es electorera, antidemocrática y representa un peligroso distractor. A través de una modificación a la Constitución, busca aumentar las pensiones con cargo a recursos extraordinarios que -por lo mismo- son insostenibles en el tiempo. Sabe el Presidente que su iniciativa es fiscalmente irresponsable y peligrosa, pero popular. Por lo mismo, confía en que no sea aprobada por la oposición y así, cargarle el costo político, mientras él se luce frente al elector apareciendo como defensor de sus intereses. Es también un distractor para evitar que los electores hagamos un balance de los malos resultados de gobierno, en perjuicio de su partido y candidata.