Resulta sumamente paradójico, o bien para algunos una muestra de Justicia Divina, que escasas semanas después de que este Gobierno y su mayoría controladora en la Cámara baja decidiera desaparecer el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) la primerísima víctima de esta mala decisión fuese precisamente el Estado natal del Presidente López, Tabasco.