Bel ami!!!
Guadalupe Loaeza EN REFORMA
4 MIN 00 SEG
No hay peor noticia que cuando se nos anuncia la partida de un amigo entrañable. En estas últimas semanas he recibido tres llamadas telefónicas que me han dejado helada, la desaparición del historiador y escritor Eugenio Aguirre; la del marido de Sol, una de mis mejores amigas, el doctor en filosofía Álvaro Rodríguez Tirado, y la tercera de estas llamadas fue la más impactante, Gilbert Sonnery, primo del padre de mis hijos y hermano de mi entrañable amiga Arielle Dombasle. Gilbert Sonnery tenía 71 años, pero se veía mucho más joven debido a su joie de vivre, es decir su amor a la vida, a Nicoletta y a sus dos hijos: Daniel y Antoine. Todo sucedió en un minuto, el viernes pasado, mientras él y su esposa paseaban por el campo, muy cerca de Huesca. Súbitamente Gilbert se desplomó y cayó muerto como si lo hubiera fulminado un rayo. Por más que Nicoletta hacía lo imposible por volverlo a la vida, fue inútil. Estaba sola, no tenía señal en su celular y no había modo de pedir auxilio ni de transportarlo a ningún lado. Qué desesperación, qué angustia y qué tristeza.
Descubrió quién es gracias a la escritura y al periodismo. Ha publicado 43 libros. Se considera de izquierda aunque muchos la crean "niña bien". Cuando muera quiere que la vistan con un huipil y le pongan su medalla de la Legión de Honor; que la mitad de sus cenizas quede en el Sena y la otra mitad, en el cementerio de Jamiltepec, Oaxaca, donde descansan sus antepasados. Sus verdaderos afectos son su marido, sus hijos, sus nietos, sus amigos y sus lectores