OPINIÓN

Batalla por la democracia

Isabel Turrent EN REFORMA

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Aun para los patrones de excentricidad que los ingleses han cultivado desde siempre, los brexitistas conservadores radicales que ocuparon la banca del gobierno -front bench- en el Parlamento, encabezados por el nuevo primer ministro Boris Johnson el 3 de septiembre, se cuecen aparte. Steve Baker, que antes del referéndum de 2016 organizó a muchos parlamentarios para apoyar la campaña a favor de Brexit, es un recluso y un fanático religioso, al igual que su colega Jacob Rees-Mogg, un católico fervoroso que es una caricatura estirada y pomposa de la britanidad, si tal cosa existe. Rees-Mogg acabaría la sesión reclinado sobre varios espacios de la front bench como si no fuera protagonista de uno de los debates más importantes de Gran Bretaña en las últimas décadas.