Al igual que el FED estadounidense, el Banco de México restó presión a los mercados financieros durante su reunión de política monetaria de la semana pasada, al subir la tasa de interés de referencia tan sólo en 25 pb (puntos base), pese a que la inflación de octubre volvió a sorprender y a que el mercado ya había descontado un incremento de medio punto porcentual. Además envió la señal de que podría soportar niveles de inflación de hasta 7.1% en promedio durante el último bimestre del año, o más, si es que la inflación de noviembre fuera inferior a este nivel.