Cuenta la leyenda que en un chat feminista se compartía la indignación por cientos de feminicidios y desaparecidas, la creciente militarización, la polarización entre las fuerzas políticas y nuestras propias familias. Seguimos de cerca los nombramientos de ministras de la Suprema Corte, que fue el detonante de un "debemos salir de la desesperación, la queja y la indignación chatera para organizarnos". Hacer un partido feminista, apoyar a otras mujeres dando las mil batallas. Debatimos un buen rato, y vimos que en otros países se habían creado plataformas.