OPINIÓN

Arreglos desarreglados.

LA OTRA HISTORIA DE MÉXICO / Catón EN REFORMA

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El 12 de junio de 1929 los prelados fueron recibidos por Emilio Portes Gil en la residencia presidencial, que entonces se hallaba en el Castillo de Chapultepec. Tenían ya varios días en la Ciudad de México, pero casi nadie sabía de su presencia. Cuando llegaron a la Capital se apearon del tren en Lechería a fin de no ser vistos en la estación capitalina, en la que siempre rondaban periodistas y donde la gente los habría reconocido fácilmente.