En repetidas ocasiones he manifestado que al futbol mexicano podría venir a tomar las riendas de la Selección Nacional, Pep Guardiola, Zidane o el técnico de moda más laureado por tierras europeas y que aún así, con todo y un extenso palmarés como carta de presentación, muy probablemente nos volveríamos a quedar atascados en el mismo fango de siempre. ¿Por qué? Porque el problema no pasa por una cuestión que tenga que ver con la estrategia implementada partido a partido.