El paquete económico aprobado luce prudente y conservador pero un tanto optimista y potencialmente peligroso en el tiempo. Busca recuperar la confianza de los mercados hacia el Gobierno después de la ilógica cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM). Sin embargo, siembra dudas sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas en el tiempo al contemplar sólo "el pago del enganche" de muchas de sus promesas de campaña cuya fuente de pago es incierta en el tiempo. En ese sentido pudiéramos decir que el mismo es neoliberal y populista.