Pepe Ruiloba.-
Amin Nawabi es un refugiado afgano homosexual que reside en Dinamarca con una visa que se le otorgó en parte por haber perdido a toda su familia después de haber huido de su País en circunstancias extenuantes y de haber vivido un tiempo en Moscú, donde pasaba el tiempo encerrado viendo telenovelas mexicanas.
Excepto que su nombre no es realmente Amin Nawabi, ni su familia fue asesinada. Lo que es más, el documental es presentado en formato de animación dándole al sujeto en cuestión una cara totalmente inventada para proteger su verdadera identidad.
Es precisamente esa identidad la que está al centro de un relato que, como todas las memorias, va constantemente cambiando, con Nawabi contando su historia en doloroso detalle mientras el director Jonas Poher Rasmussen llena la pantalla de imágenes.
Este formato juega un papel importante en la forma en la que absorbemos todo lo que se nos está diciendo, dándole un acercamiento cuasi poético y abstracto a relatos crudos y de inmenso sufrimiento, solo en algunos momentos presentados con imágenes de archivo.
La manera en la que esto podría resultar hasta cierto punto manipulador quedará en cada espectador, pero lo que Rasmussen logra por medio de las entrevistas a su amigo de la adolescencia es armar un retrato íntimo y afectivo de un hombre que sigue construyéndose y buscando su lugar (literal y figurativamente), ajustando su identidad alrededor de un mundo que no le ha permitido ser realmente libre.
Flee, que originalmente se presentaría en el Festival de Cannes de 2020, se exhibió entonces en Sundance y Toronto, recibiendo decenas de premios por todo el orbe y culminando con tres nominaciones históricas al Óscar: como Mejor Documental, Mejor Película Animada, y Mejor Película Internacional. Una recomendación categórica.
FLEE: HUYENDO DE CASA
Tres estrellas y media
Director: Jonas Poher Rasmussen.
Con las voces de: Daniel Karimyar, Fardin Mijdzadeh y Milad Eskandari.
Duracción: 89 min.