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El joven azul recibirá una esperada renovación de imagen.
Y el público puede observar mientras una de las pinturas más famosas del mundo es sometida a un retoque por aquí, un arreglo por allá y algunas pinceladas de pintura nueva, azul, probablemente, justo a tiempo para que el eterno chico celebre su cumpleaños número 250.
El óleo sobre lienzo de Thomas Gainsborough, que presenta a un joven británico vestido casi totalmente de azul, ha sido uno de los atractivos más buscados en la Biblioteca, Colección de Arte y Jardines Botánicos Huntington en el sur de California desde que llegó ahí en 1921.
Pero no se le ha realizado una restauración sustancial en al menos 97 años y, con el tiempo, ha sufrido algunos desgastes, algunos de sus colores se han desvanecido y, peor aún, parte de su pintura comienza a descarapelarse.
A partir del sábado se pondrá un alto a esto, cuando Christina O'Connell, principal conservadora de pinturas de la Biblioteca Huntington, ponga manos a la obra con una variedad de herramientas del siglo 21 para restaurar una obra maestra del siglo 18.
Contará con un microscopio que, con 1.82 metros de altura, es más alto que ella y puede centrarse en los detalles más pequeños de la pintura y magnificarlos 25 veces.
Tendrá varias imágenes de radiografía digital y reflectografía infrarroja de la obra que ha estado compilando y estudiando durante el último año, y por supuesto, habrá pintura creada para igualar la que Gainsborough usó alrededor de 1770.
Con todo eso a su disposición, anticipa que el "Proyecto Joven Azul" sea completado dentro de un año y que el joven regrese a la pared de la Galería Thornton de la Biblioteca Huntington a principios del 2020.
Uno de los detalles curiosos de El joven azul es que en 1994, con apoyo de los rayos X se descubrió que Gainsborough había agregado la figura de un perro a la imagen, la que luego cubrió.