La Presidenta electa transmitió una instrucción a su bancada. En la decapitación del Poder Judicial deben cuidarse todas las formalidades legislativas. No deben apresurarse los trámites como se hizo en la legislatura anterior. Hay que proceder con todo cuidado para concretar la reforma que mataría la raíz de la autonomía judicial. Respetemos las formas para deshacernos del árbitro estorboso. Esa ha sido su contribución al debate institucional más importante desde la promulgación de la Constitución de 1917. Adelante: eliminen la fuente de independencia de los jueces, desháganse de la carrera judicial, instauren un Santo Oficio que condene a los herejes que obstruyen el proyecto con una sentencia sacrílega. Si así lo dispuso nuestro guía hay que cumplirle, pero hay que hacerlo meticulosamente. Nada de precipitaciones ni atajos. Sheinbaum pide pulcritud a los verdugos. Hay que cuidar todos los detalles. Hagan todas las simulaciones necesarias, cumplan todas las etapas que marca la ley antes de dejar caer la navaja. Para anular el régimen constitucional hay que acatar, por última vez, sus normas.
Estudió Derecho en la UNAM y Ciencia Política en la Universidad de Columbia. Es profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey. Ha publicado El antiguo régimen y la transición en México y La idiotez de lo perfecto. De sus columnas en la sección cultural de Reforma han aparecido dos cuadernos de Andar y ver.