En México hay alrededor de 220 mil personas privadas de la libertad (Enpol-Inegi). En la CDMX hay mucho menos, pero hay aproximadamente 26 mil personas en los penales capitalinos (antes de la reforma penal había más del doble). La enorme mayoría por alguna forma de robo, generalmente, menor. Esa cantidad de gente provoca un flujo anual de liberados casi permanente, es decir, que gente que sale a la calle, vuelve a sus familias, a sus comunidades de origen.