AMLO sube
DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Catón EN REFORMA
Loretela, linda chica, era dueña de un perro collie escocés. A esa misma raza perteneció Lassie, la famosa perra de las películas y la televisión. A pesar de su nombre, que significa algo así como "Muchachita", Lassie no era perra, sino perro. Los camarógrafos debían hacer prodigios para que no se vieran en la pantalla los notables atributos de macho de "Pal" ("Amigo"), que tal era el nombre real del perro. En su tiempo "Lassie" fue una celebridad. Cuando a mediados de los años 40 se le llevó a Nueva York para una presentación "personal" en Radio City, "Lassie" ocupó una suite en el Hotel Plaza que costaba 380 dólares diarios. Advierto, sin embargo, que me estoy apartando del cuento. Vuelvo a él. Loretela notó que a su perro le caía sobre los ojos el pelo de la cabeza, lo cual le estorbaba la vista. Su veterinario le recetó un depilatorio, y la muchacha fue a comprarlo en la farmacia. El encargado le advirtió: "Tenga cuidado. Este depilatorio es muy fuerte. Si excede usted la dosis le arderán los brazos o las piernas". Aclaró Loretela: "El depilatorio es para mi collie". Y dijo el farmacéutico: "Ahí le arderá todavía más"... Una de las muchas cosas que sorprenden de López Obrador es que a pesar de todo no sólo mantiene su alto índice de popularidad, sino que en algunas partes del país lo aumenta. Una de esas partes es Coahuila, mi estado natal, donde varias encuestas han mostrado una elevación en la tasa de aprobación del Presidente. Quizás eso se debe a las varias visitas que AMLO ha hecho a tierras coahuilenses, y a la buena relación que ha entablado con el gobernador Miguel Riquelme, quien igualmente está muy bien calificado por la ciudadanía debido al orden que priva en la entidad, la concordia y colaboración entre los diversos sectores y el ambiente de trabajo que se ve en Coahuila. El buen entendimiento entre la autoridad federal y la estatal ha redundado en bien para la comunidad, sobre todo en lo relativo a la seguridad, lo cual en mi opinión explica el resultado de esas encuestas... Doña Macalota llegó a su casa cuando no se le esperaba y sorprendió a don Chinguetas, su marido, en inmoral consorcio de libídine con la joven y exuberante muchacha de servicio. "¡Cabrón!", le gritó la airada señora a su casquivano cónyuge. "Ay, Macalota", respondió con sentimiento don Chinguetas. "Tú insultándome y yo aquí entrenando para darte un servicio mejor"... Tres tipos entablaron conversación en una fiesta y cayeron en el tema del sexo. Presumió uno: "Yo hago el amor 30 veces en el mes". Manifestó el segundo: "Yo lo hago 15 veces". El tercero no decía nada. "¿Y tú?", le preguntaron. Contestó: "Lo hago dos veces en el mes". Dijeron los jactanciosos: "¿Tan poquito?". Argumentó el otro: "Para un cura de pueblo chico no está mal"... Una hermosa mujer acudió a la consulta del doctor Duerf, psiquiatra. Le informó: "Soy de carácter débil, y eso me lleva a entregar las galas de mi honor al primer hombre que me las pide. Las galas de mi honor, quiero decir. Luego la conciencia no me deja dormir". El doctor Duerf se puso una mano en el mentón e hizo: "Mmm". Esa actitud pensativa le permitía elevar sus honorarios. En seguida le dijo a la mujer: "Ya veo. Quiere usted que le fortalezca el carácter". "No", opuso ella. "Quiero que me debilite la conciencia"... El hijo mayor de don Poseidón embarazó a una chica, y el viejo debió pagar una indemnización. El segundo hijo de don Poseidón embarazó a otra chica y de nuevo el padre hubo de pagar la indemnización correspondiente. Sucedió que la hija de don Poseidón salió embarazada. "¡Magnífico!", se alegró él. "¡Ahora nosotros cobramos!"... FIN.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.
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