Si Marcelo Flores ya no encontró cabida en Europa no es por culpa de la fortuna que dejó de sonreírle. Algo habrán visto en él que no terminó de convencer a quienes debían estarlo plenamente. Por alguna razón (o algunas), le están abriendo las puertas para que busque nuevos horizontes en los cuales pueda reencontrar el camino.