OPINIÓN

AIFA, ¿sueño o pesadilla?

Eduardo Caccia EN REFORMA

4 MIN 00 SEG

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Hay niños que sueñan con ser futbolistas o astronautas, otros con construir aeropuertos. "Mis padres siempre me dejaron volar, nunca me aterrizaron", me dice Francisco, en sentido metafórico, y cuenta su embeleso infantil por ver aeropuertos como "máquinas perfectas que acogían pájaros de acero". Desde entonces soñó con hacer aeródromos. Con el tiempo se hizo arquitecto, se fue de México en busca de proyectos y en Chicago conoció a quien con el tiempo sería su mentor, socio y amigo, Helmut Jahn, heredero de un linaje aeroportuario. En ese despacho de arquitectura había proyectos en Estados Unidos, Europa, Asia y, dentro de todas las posibilidades, el destino toca la puerta cuando a Francisco le encargan la expansión del aeropuerto de Chicago. Su sueño cobraba vida y sería el inicio de una exitosa trayectoria, pues, a la fecha, ha tenido colaboración protagónica en los aeropuertos de Chicago, Bangkok, Shanghái y Beijing.