Pasa a menudo, te preparas perfecta cubita. Proporciones perfectas, gran ron, poquito limón, mucho hielo. Pero te distraes. Salió en cueros la vecina. Tu primo empezó a gritar. Los niños empezaron a llorar. Se derritió todo el hielo... Y todo se aguadó. Lo mismo le pasa a Presidente tras Presidente. Nada más que las consecuencias son un poco mayores.
Juan Enríquez Cabot es autor de diversos libros sobre tecnología y académico ocasional.