Pero hay vacíos que no pueden llenar...<BR><BR>Gustavo Cerati tenía razón, hay vacíos que no pueden llenar, decir adiós a mi estadio, mi equipo, los amigos, a esa rutina dominical tan arraigada, que difícil se ha vuelto ver las playeras guardadas, los abonos colgados.<BR><BR>Al volver, prometo...