Para nadie pasa inadvertida la coincidencia o similitud entre la forma en la que el dictador nicaragüense, Daniel Ortega, se quita del paso a sus opositores encarcelándolos, y el reciente episodio político mexicano en el que la FGR de AMLO saca del camino a Ricardo Anaya, ex candidato presidencial del PAN, y uno de sus más fuertes críticos y rivales para el 2024, amenazándolo con 30 años de cárcel.