OPINIÓN

El médico como síntoma

Jesús Silva-Herzog Márquez EN REFORMA

5 MIN 00 SEG

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El oficialismo no quiere que hablemos de responsabilidad. Sostiene que la catástrofe es una fatalidad que hemos de sobrellevar con resignación. Nos pide que creamos en la palabra del Presidente que insiste en que nos ha ido bien, que ya vemos la luz al final del túnel, que tenemos a un funcionario ejemplar a cargo de la estrategia. Sin muchos argumentos que ofrecer, sin datos que fundamenten el orgullo, el Presidente pide fe. La credulidad presentada como deber patriótico nos pide cerrar los ojos. Ignorar lo que leemos en la prensa, desestimar lo que se dice de nosotros fuera del país, taparnos los oídos a lo que escuchamos en el entorno más cercano. La política del lopezobradorismo se ha convertido en una política de fe. Por eso hay que gritar las consignas o transcribir las etiquetas del orgullo hermético y defender, a capa y espada, al médico del régimen. La petición es inaceptable: a López-Gatell hay que cuestionarlo con la severidad que merece. Sobre sus espaldas recae buena parte del desastre que vivimos.