OPINIÓN

El otro insulto

Jesús Silva-Herzog Márquez EN REFORMA

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La profesión quejumbrosa ha salido en defensa de los suyos. Ante el embate del Presidente ha empleado todos sus recursos: artículos, desplegados, declaraciones, programas de radio y de televisión. Es entendible: cada día el Presidente agrede, descalifica, cuelga etiquetas. Habla siempre de su compromiso con la libertad de expresión, pero niega legitimidad a quienes considera golpistas. El gremio agredido pasa por alto el otro blanco de los insultos presidenciales: su propio gobierno. La agresión cotidiana del Presidente a sus colaboradores, a los profesionales que todavía quedan en el gobierno es brutal. ¡Y pensar que no tienen siquiera el desahogo de una carta pública!