El 2022 será recordado como un año que comenzó con enormes expectativas para el desarrollo de una digitalización acelerada de la sociedad, y terminó con un visceral caída de todas las formas y modelos de empresas tecnológicas. Unicornios, Fintechs, Crypto, plataformas digitales y casi toda la fauna de empresas tecnológicas, fueron afectadas por un golpe de realidad que tiró su valor en la bolsa, el mercado y confianza en sus modelos de negocios. Los denominados vendors o, empresas que desarrollan tecnología, no fueron la excepción y siguieron siendo afectadas por la geopolítica. Huawei, mantiene una compleja relación con el gobierno norteamericano, que le sigue restringiendo insumos tecnológicos y acceso a su mercado. Por otra parte, el presidente Biden ha promovido junto con el Congreso Norteamericano, la nueva ley de procesadores, que tratará de relanzar su golpeado liderazgo en este sector y diversas áreas de ciencia y tecnología. Las empresas de infraestructura digital (Telcos), por otra parte, tienen varios años tratando de recuperar su valor y mantener el flujo de caja, dentro de un mercado que les quita servicios, los sobrerregula, les obsequia inflación y cuando no, les avienta altos precios del espectro.