Más de seis caravanas en menos de cinco meses aunadas al anuncio de política de "brazos abiertos" del gobierno mexicano, manifestada en el primer semestre de 2019, resultaron el pretexto perfecto para que Trump amenazara con los aranceles y presionara a México, Guatemala y El Salvador para detener y reducir el flujo migratorio hacia Estados Unidos, tarea que se cumplió con creces y en el caso de México con 25 mil miembros de la Guardia Nacional repartidos en ambas fronteras que lograron la disminución del 60% del flujo en 45 días. Con más de 176 mil detenciones, 2019 presenta un aumento en las deportaciones y regresos asistidos de México hacia Centroamérica.