Coinciden migrantes con trayecto papal
Andro Aguilar
Ecatepec, México (14 febrero 2016) .-12:48 hrs
Rolando, un guatemalteco de 36 años, y Efrén, hondureño de 22, coincidieron en su tránsito migratorio con el Papa, que aboga por voltear a ver a los más necesitados, los pobres, los marginados, los migrantes.
Desde Tegucigalpa, donde dejó a su esposa y a dos hijos de 14 y 16 años, Efrén llevaba al cuello un escapulario con la imagen de San Judas Tadeo y una cruz de plástico que le regaló una mujer en Arriaga, Chiapas.
Cuando el Papa avanzó frente a él, sobre Avenida Central, Efrén alzó el escapulario para que recibiera la bendición y sacudió una bandera de México y Estados Unidos que le regalaron los funcionarios mexiquenses.
"Le pedí que tengamos buen viaje, todos", dijo y luego se guardó el escapulario.
"Allá en Honduras, si las maras te ven con un rosario así, ya dicen que eres contrario, pue'", explicó.
Fue por esa razón que dejó su tierra e inició su intento de llegar a Estados Unidos por tercera ocasión.
El hondureño ya sabía que el Papa estaba en tierras mexicanas; se enteró en un radio de pilas que lo acompaña en su trayecto.
Sabe también que el Pontífice ha llamado a voltear a las periferias y mirar a los que migran.
También habló de un grupo de migrantes rescatados en Reynosa de una casa de seguridad criminal.
Rolando, en cambio, fue más renuente a hablar sobre su vida; miró de reojo y se mantuvo alejado, desconfiado; dijo que no tiene ningún familiar.
Después de que el sacerdote romano pasó en su comitiva, Rolando dijo que no le pidió nada a Francisco.
Sin embargo, aseguró ser creyente.
"Sólo hay un dios, pues, Jesucristo", lanzó cuando se le dijo que cada quien es libre de practicar la religión que mejor le parezca.