Para entender a Trump (quizá)
José Woldenberg EN REFORMA
Hace 20 años, Michelangelo Bovero publicó en la revista Este País un erudito, juguetón y provocador artículo al que tituló "Kakistocracia: la pésima república" (abril de 1996). Recordaba que Polibio (más o menos 150 años antes de Cristo) había postulado que las formas políticas se transformaban en su contrario y que el ciclo parecía responder a una ley de hierro, inescapable. Escribía Bovero resumiendo a Polibio: "cuando la monarquía real, primera forma buena en la que ha evolucionado el originario poder natural del más fuerte, se corrompe y se transforma en tiranía, ésta es sustituida por la aristocracia, el gobierno de los mejores que liberaron la ciudad del tirano; a su vez corrompiéndose, la aristocracia cambia en oligarquía, el gobierno de pocos ricos, ávidos y acaparadores, contra lo cual el pueblo instituye la democracia, en su forma buena de gobierno de las leyes; pero ésta degenerando en la ilegalidad se transforma en oclocracia, el gobierno brutal de la plebe, de la muchedumbre, que al final 'reencuentra un amo y un monarca'". Tratando de diseñar un remedio a dicha espiral que a primera vista parecía insalvable, Polibio, apoyándose en Licurgo, buscó conjugar los valores -la cara virtuosa- de las tres formas simples de gobierno (monarquía, aristocracia y democracia) y dar paso a un régimen mixto que produjera paz, armonía, estabilidad.
Licenciado en Sociología. Maestro en Estudios Latinoamericanos por la UNAM. Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Miembro del SNI. Sus libros más recientes son "El desencanto", "Nobleza obliga" y "Política y delito y delirio" (Cal y Arena); "Historia mínima de la transición democrática mexicana" (El Colegio de México) y "México: la difícil democracia" (Taurus).