NACIONAL

Pide Ministro hacer real nueva justicia

Benito Jiménez, Antonio Baranda y Érika Hernández

(18 junio 2016) .-00:28 hrs

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El Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Luis María Aguilar, pidió no echar campanas al vuelo por la entrada en vigor del nuevo sistema de justicia penal en todo el País.

Porque la realidad que el nuevo modelo debe transformar, expuso el Ministro, sigue presente con todos sus desafíos y complejidades.

"No debemos, en modo alguno, echar las campanas al vuelo, esa realidad a la que todo este esfuerzo se debe y que este nuevo sistema debe transformar sigue estando ahí, con todos sus desafíos, sus necesidades y complejidades, una realidad que nos debe hacer conscientes de los problemas, pero que, también, debe impulsarnos a los cambios.

"Una sociedad que no cambia, muere, la esencia de la sociedad es el movimiento y ello implica el cambio", expuso el Ministro después de que fue implementado el nuevo sistema de justicia penal el primer minuto de este sábado.

En su discurso, comentó que las experiencias de la sociedad y de las personas no son para olvidarlas, pues si son malas, son para cambiarlas, y si son aleccionadoras, son para aprovecharlas.

"Los esfuerzos realizados a lo largo de estos ocho años alcanzan para responder a la sociedad con la puesta en marcha de un instrumento completamente nuevo de justicia. Éste ha sido un paso sólido, sí, pero nos resta un largo camino que tiene como horizonte futuro una realidad decididamente mejor.

"Aún debemos entender y aplicar a cabalidad la reforma en los hechos, hacer que en cada una de las salas de audiencia la reforma penal sea vista como un nuevo paradigma con condicionantes y referentes axiológicos permanentes, como la efectiva reparación del daño para las víctimas; la fluidez y eficacia de los mecanismos alternativos que nos allanen el camino para la más pronta y completa solución de un problema", planteó.

Se trata, abundó, de implementar una justicia que esté a la altura de las necesidades de todos los involucrados, de resolver un conflicto y no sólo de concluir un expediente, haciéndolo con continuidad, inmediación, publicidad y respeto absoluto a los derechos humanos.

"Es nuestra Constitución la que determina que las pruebas que hayan sido obtenidas con violación a los derechos fundamentales son nulas, porque a pesar de que parezca que prueban algo, si son violatorias, no prueban nada, así lo exige nuestra Ley Fundamental. Pues todo imputado debe presumirse inocente, a pesar de que la opinión pública lo crea culpable, sólo el juez puede determinarlo", determinó.

"Qué mal haríamos en suponer que hemos terminado, qué engañoso sería decirle a los gobernados que el sistema de justicia ya está resolviendo todos sus problemas".

Indicó que cumplir con los ocho años desde la reforma penal no significa sólo un "ya hemos cumplido".

"Debemos pensar que ya hemos detenido la inercia histórica de una forma de procuración e impartición de justicia, y que ahora comienza el reto de hacer realidad, cueste lo que cueste, le pese a quien sea, una nueva, libre, transparente y mejor forma de impartir la justicia penal, frente a la gente, con razones y argumentos, con principios protectores, sin ocultamientos ni zonas oscuras.

"La vieja tendencia debe ser revertida y eso sólo sucederá en la medida en que se consoliden y desarrollen las acciones instrumentales que estamos llevando a cabo. Los resultados de una justicia efectiva están por lograrse, con la etapa de la implementación nos ubicamos frente al camino. Pongámonos en marcha y recorrámoslo", fijó el Ministro.

Aguilar auguró aún retos.

"Los ojos de la sociedad, más todavía las esperanzas de una sociedad dolida, escéptica y victimizada, están puestas en este nuevo sistema penal. No podemos ni debemos fallarle.

"Los jueces federales asumimos el reto de cumplir con el mandato popular plasmado en nuestra Ley Suprema, dar a todos, sin distinción, sin discriminación, la justicia moderna, transparente, eficiente y profesional que solucione las controversias y resuelva con todo rigor las conductas ilícitas, preocupándonos, con igual empeño, por la condición de las víctimas, por resarcirles los daños, por minimizar las consecuencias del delito, haciéndolo siempre, sin excepción, mediante el respeto a los derechos de todos, de la dignidad humana, de la condición de la persona y de los más altos intereses de la sociedad", prometió el Ministro.