Desata impunidad violencia social
Benito Jiménez y Augusto Atempa
(28 mayo 2016) .-00:00 hrs
La impunidad, pasividad gubernamental y procesos ministeriales sucios que derivan en la liberación de delincuentes han llevado a la sociedad a tal nivel de hartazgo que muchos optan por tomar la justicia en sus manos, alertan expertos en seguridad.
Tan sólo en los últimos días, pobladores de Chenalhó, Chiapas, retuvieron a dos legisladores y obligaron al Congreso local a nombrar a un nuevo Alcalde.
Además, habitantes de San Matías Tlalancaleca, Puebla, destruyeron una veintena de camionetas pertenecientes a ordeñadores de ductos, y, en una localidad de Teotihuacán, los pobladores lincharon a dos presuntos secuestradores ligados a una banda que azota esta región.
"Las personas dejan de confiar en las autoridades, están hartas de la corrupción. Para ellas es más fácil tomar la justicia en sus manos que entregar al delincuente", señaló René Jiménez Ornelas, doctor en Sociología e investigador de la UNAM.
"Son signos importantes del hartazgo. Tenemos autoridades que no responden a las exigencias de los gobernados, lo que deriva en una justicia por propia mano", sostuvo Francisco Rivas, presidente del Observatorio Nacional Ciudadano.
Edna Jaime, directora de la organización México Evalúa, observó un deterioro en la gobernabilidad, pues consideró que existen autoridades que no funcionan.
"La función del Estado es civilizar, poner a disposición de los ciudadanos mecanismos para la solución de conflictos, generar condiciones de acceso a la justicia, y cuando esto no existe se fractura la autoridad y las personas sienten que no tienen más recurso que el uso de la fuerza o venganza por propia mano.
"El Estado mexicano está fallando. Las instituciones de procuración y administración de justicia no están haciendo su trabajo", opinó.
Para Mario Arroyo, maestro en Sociología Criminalística, es tal el descrédito que los ciudadanos no confían en la procuración de justicia.
"Tenemos una Policía reactiva, agentes que están buscando delincuentes, que persiguen hechos consumados. Lo que necesitamos es una Policía de proximidad, aquella que se anticipa, la que va buscando la cohesión social", planteó, en tanto, el maestro en Sociología Criminalística Mario Arroyo.
Ghaleb Krame, experto en temas de seguridad nacional y pública, advirtió que en materia policial se invirtieron desde el sexenio anterior demasiados recursos a las corporaciones, dejando a un lado la parte judicial, lo que derivó en frecuentes casos de impunidad.
Por su parte, Guillermo Garduño, académico de la UAM, opinó que en el País existe una crisis de representación y de legitimidad.
"Estamos viendo una decadencia del sistema político mexicano. Existe una ausencia de dirección".