MULTIPLAZA

Descubren en cartas un romance imperial

Silvia Isabel Gámez

(16 diciembre 2014) .-00:00 hrs

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Allá donde se encuentran, dice la escritora Guadalupe Loaeza, el mariscal francés Achille Bazaine y su esposa mexicana, Josefa de la Peña, no querían que se perdiera su historia de amor.

Sólo así es posible comprender la "increíble suerte" que permitió la publicación de Pepita, mon amour..., novela histórica basada en la correspondencia que sostuvo la pareja durante más de 20 años.

Fue la coautora del libro, Verónica González Laporte, quien encontró en los Archivos Nacionales de Francia las 300 cartas que, después de más de un siglo en poder de la familia Bazaine, acababan de ser adquiridas por la institución.

Sobres de papel de arroz, con el monograma A.B. en tinta azul marino, contienen las misivas del jefe de las tropas francesas en México, donde relata a su hermano Adolphe su deslumbramiento tras conocer a la chica de 17 años.

El mariscal, de 54 años, era viudo. La boda entre Pepita y Bazaine, el 26 de junio de 1865 en el Palacio Imperial, tiene como padrinos a los emperadores Maximiliano y Carlota.

Como regalo de bodas, el emperador entrega a la mariscala el Palacio de Buenavista (hoy Museo Nacional de San Carlos).

Pepita, mon amour..., publicado por Las Ánimas y con la edición de Rodrigo Fernández Chedraui, refleja el espíritu trágico y romántico del Segundo Imperio.

Al igual que Bazaine dejaba fuera de las cartas a Pepita sus campañas militares, la guerra con los juaristas aparece apenas como telón de fondo.

"El libro está escrito desde la perspectiva de la heroína, Pepita", señala González Laporte, antropóloga e historiadora.

Se han escrito biografías sobre el Bazaine militar, que luchó en África e Italia, antes de desembarcar en Veracruz en 1863, pero el hombre, esposo y padre ha permanecido en la sombra.

Maximiliano y Carlota son los otros protagonistas. La emperatriz y la mariscala comparten ambición, arrojo e inteligencia, la primera terminará loca y la otra desequilibrada, y ambas parejas serán tocadas por la tragedia y el abandono.

"Sentimos empatía por Carlota, finalmente es mujer. Su figura, valerosa, contrasta con la falta de carácter de Maximiliano y el abandono de sus deberes", reconoce Loaeza, quien desde Las niñas bien, en 1985, ha publicado más de 40 títulos.

El secreto de escribir "a cuatro manos" durante año y medio, en una itinerancia que las llevó de Acapulco a la Zona Rosa, es el respeto, sostienen. Se les descompuso la computadora, subieron varios kilos y, sobre todo, se divirtieron.

"Guadalupe era más observadora de la parte humana de los personajes, y yo más cuidadosa con las fechas. Nos complementamos", precisa González Laporte.

El clímax de la novela ocurre en el capítulo que narra cómo Pepita ayuda a escapar a su esposo, condenado por traición a la patria.

"Yo hubiera hecho lo mismo: salvar a mi marido. Eso me gusta de Pepita, su sentido de ética y deber".

Pepita, mon amour... circulará en librerías en enero con un precio de mil 200 pesos.

Una versión condensada será publicada en marzo del 2015 por Planeta.