CULTURA
Cosecha Flores 'milpas gráficas'
Lourdes Zambrano
(27 junio 2015) .-00:00 hrs
El maíz criollo no es sólo un alimento básico para el mexicano, sino también un símbolo cultural que será protagonista de la exposición Milpa gráfica, del artista Demián Flores.
El artista juchiteco fue invitado por su colega y paisano Francisco Toledo para trabajar sobre el tema y exponer el resultado en el Centro de las Artes de San Agustín Etla (Casa), en una manifestación que además sirva como protesta contra el uso del maíz transgénico.
Flores explicó que la exhibición se divide en dos proyectos, Totoperas y Milpa Gráfica, éste último derivado de dos talleres de grabado en madera.
Totoperas tiene como punto de partida un cuadro de los 50, aparentemente realizado por Feliciano Peña, maestro de artes, quien viajó con un grupo de estudiantes, como era común en las academias de La Esmeralda y San Carlos, para retratar el Istmo oaxaqueño.
La composición del cuadro es de unas vendedoras de tortillas y totopos paradas en una esquina del Palacio de Juchitán.
"A partir de esa pintura, que habla sobre un momento específico del Istmo, lo que hago es una paráfrasis. Voy eliminando las totoperas y sólo queda el espacio arquitectónico. Hay una reflexión relacionada con los transgénicos, que va a desaparecer el maíz nativo.
"Esta pintura va cambiando, de una a otra, hasta quedar casi en un desierto, el acabóse de nuestra identidad", cuenta Flores.
La muestra estará en exhibición hasta el 30 de agosto.
El artista juchiteco fue invitado por su colega y paisano Francisco Toledo para trabajar sobre el tema y exponer el resultado en el Centro de las Artes de San Agustín Etla (Casa), en una manifestación que además sirva como protesta contra el uso del maíz transgénico.
Flores explicó que la exhibición se divide en dos proyectos, Totoperas y Milpa Gráfica, éste último derivado de dos talleres de grabado en madera.
Totoperas tiene como punto de partida un cuadro de los 50, aparentemente realizado por Feliciano Peña, maestro de artes, quien viajó con un grupo de estudiantes, como era común en las academias de La Esmeralda y San Carlos, para retratar el Istmo oaxaqueño.
La composición del cuadro es de unas vendedoras de tortillas y totopos paradas en una esquina del Palacio de Juchitán.
"A partir de esa pintura, que habla sobre un momento específico del Istmo, lo que hago es una paráfrasis. Voy eliminando las totoperas y sólo queda el espacio arquitectónico. Hay una reflexión relacionada con los transgénicos, que va a desaparecer el maíz nativo.
"Esta pintura va cambiando, de una a otra, hasta quedar casi en un desierto, el acabóse de nuestra identidad", cuenta Flores.
La muestra estará en exhibición hasta el 30 de agosto.
